La robótica nos permitirá manejar nuestro entorno con cuatro brazos a la vez
La robótica nos permitirá manejar nuestro entorno con cuatro brazos a la vez
Un prototipo robótico permite disfrutar de la sensación de tener cuatro brazos en vez de dos
En el Laboratorio Inami Hiyama de la Universidad de Tokio (Japón), junto con el grupo Embodied Media de la Universidad de Keio tuvieron la idea de presentar una propuesta muy curiosa dentro del campo de la robótica: unos «brazos extra» que proporcionan a cualquier persona un curioso aspecto, sobre todo por sus genuinos movimientos, que están controlados mediante los pies.
El nombre técnico que le han dado es MetaLimbs (metamiembros) y su estudio lo denominan Multiple Arms Interaction Metamorphism (metamorfismo interactivo de brazos múltiples). Según cuentan sus creadores parte de la idea de intentar responder a la pregunta «¿Cómo podemos modelar o diseñar nuestros propios cuerpos?» La respuesta pretende en cierto modo superar las limitaciones físicas de los seres humanos, dotándonos de más brazos y manos capaces de sujetar objetos o manejar herramientas y aparatos – algo que va más allá de otras mejoras triviales o incluso de los exoesqueletos.
Estos nuevos brazos robóticos son grandes y pesados y se sujetan al cuerpo con un arnés, como si fueran una mochila. Están pensados para que sean utilizados en posición de sentados, aunque en ciertas circunstancias el usuario puede ponerse de pie y dejar que cuelguen libremente; depende un poco de las circunstancias y el trabajo a realizar.
La forma de controlar los nuevos miembros mecánicos es un tanto peculiar: mediante unos calcetines equipados con sensores que detectan los movimientos que imitarán los nuevos brazos. Por un lado las posiciones de las piernas marcan los movimientos de los brazos (en general) y por otro los dedos de los pies se utilizan para los gestos de agarre. El prototipo emplea tanto un par de sensores físicos en los calcetines como sensores ópticos (y unas marcas en pies y rodillas) para el resto de movimientos.
Para proporcionar algo de «retroalimentación» los sensores de los calcetines emplea tecnología háptica de contacto, lo cual significa que a su vez transmiten la sensación que captan las manos robóticas – para así por ejemplo poder calcular la fuerza con la que apretar a la hora de asir objetos.
Un prototipo muy vistoso
En las demostraciones del prototipo se ha visto cómo los brazos pueden agarrar fácilmente una pizarra, ayudar en labores de soldadura (mientras con las dos manos se sujetan las piezas una tercera maneja el soldador) o tareas más cotidianas como abrir una puerta mientras con los brazos «naturales» se sujetan otros objetos. El entrenamiento para su manejo no parece complicado aunque hay que practicar un poco a la hora de traspasar objetos de las manos «normales» a las artificiales.
Otra posibilidad interesante que plantean sus creadores es utilizar distintos tipos de «manos» según las necesidades. Podrían usarse manos de cinco dedos pero también ventosas, garfios o tentáculos, tecnologías todas ellas ya probadas en otro tipo de brazos robóticos.
En algunos otros experimentos sobre propiocepción (la capacidad de sentir nuestras propias partes corporales) se vio hace tiempo que los seres humanos tenemos cierta facilidad para aceptar cambios realmente extraños en nuestros cuerpos, relativos a la posición y tamaño de los miembros – e incluso cosas tan extrañas como su existencia (de ahí los conocidos «miembros fantasma») o lo fácil que resulta adaptarse a las prótesis biónicas. Así que es probable que si este invento se extendiera en popularidad no resultara un problema para los usuarios manejarse con cuatro brazos en vez de solo con dos. Una auténtica metamorfosis.
Visto en: http://tecnologia.elpais.com/tecnologia/2017/06/08/actualidad/1496914809_979201.html