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Drones contra las paradas cardiacas

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Drones contra las paradas cardiacas

Son rápidos, precisos y no se ven afectados por los atascos o el tráfico denso. Por eso, los drones podrían ser muy útiles para agilizar la asistencia en caso de una parada cardiaca. Así lo asegura un estudio, que muestra que estos dispositivos son capaces de hacer llegar un desfibrilador externo a un punto determinado en un tiempo menor al que tardaría una ambulancia. 

«Nuestros datos muestran que un dron equipado con un desfibrilador externo automático podría reducir signitivativamente el tiempo de desfibrilación en paradas cardiacas ocurridas fuera del entorno hospitalario», señalan los autores del trabajo, científicos del Insituto Karolinska de Suecia, quienes subrayan que, en estas situaciones, la rapidez es fundamental para la supervivencia

Para llevar a cabo el estudio, los investigadores realizaron 18 salidas controladas simulando asistencias de emergencia reales ocurridas entre 2006 y 2014 en el área de Norrtälje, una localidad sueca muy frecuentada durante las vacaciones. El dron equipado con el desfibrilador, un GPS y una cámara de alta resolución se situó en el parque de bomberos de la localidad y se fijó el radio de acción del aparato en aproximadamente 10 km a la redonda. 

Los datos del trabajo mostraron que los drones eran mucho más rápidos que la asistencia convencional. Mientras que los dispositivos tardaban una media de 5:21 minutos en llegar al lugar del incidente, las ambulancias se demoraban hasta 22 minutos de media. «En todos los casos, el dron llegó más rápido que los servicios médicos de emergencia con una reducción en el tiempo de respuesta de 16:39 minutos«, señalan los autores del trabajo, cuyos detalles se publican en el último número de la revista JAMA

«16 minutos pueden ser clínicamente importantes», indican los investigadores, una afirmación con la que coincide Julián Pérez Villacastín, jefe de la Unidad de Arritmias del Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid. 

«Por cada minuto en que se tarde en atender a una persona que ha sufrido una parada cardiaca, las posibilidades de sobrevivir se reducen un 10%«, recuerda el especialista, quien considera que el uso de los drones podría ser muy útil para mejorar la asistencia de las «entre 10.000 y 15.000 personas que cada año sufren una parada cardiaca en España». 

La mayor parte de las paradas cardiacas súbitas, añade Ignacio Fernández Lozano, secretario general de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), se producen porque una isquemia u otro problema cardiaco «ha provocado una grave arritmia», una especie de tormenta eléctrica, «que hace que el corazón deje de contraerse adecuadamente».

 

Un desfibrilador puede restablecer el ritmo cardiaco adecuado muy rápidamente, otorgando un margen mucho más amplio para que el paciente pueda ser trasladado a un hospital. «Pueden proporcionar una mejora hasta del 70% de la supervivencia si la descarga eléctrica se produce antes de que transcurran tres minutos desde la parada», apunta a EL MUNDO a través de un correo electrónico Andreas Claesson, principal firmante del artículo. 

Los tres especialistas consultados coinciden en señalar que los desfibriladores semiautomáticos son completamente seguros ya que sólo efectúan la descarga eléctrica cuando existe una arritmia cardiaca (y no si lo que ha provocado la pérdida de consciencia es otro problema sanitario). 

Además, «pueden ser utilizados por cualquier persona» y no requieren experiencia sanitaria profesional, por lo que la posibilidad de que «gracias a un dron, lleguen rápidamente a un punto exacto puede ser clave para la supervivencia», subrayan.

Claesson señala que otros aspectos sanitarios también podrían beneficiarse del uso de drones, «como el transporte de medicinas urgentes, como la adrenalina» o en rescates de emergencia. 

Su equipo ya trabaja en una nueva investigación que analizará, entre otros aspectos, cómo es la recepción y el uso del desfibrilador por parte de las personas que están en el lugar en el que se ha producido una parada cardiorrespitoria. 

Lo primero que hay que hacer cuando uno asiste a una parada repentina, recuerdan los expertos, es pedir ayuda a través del 112. Después, es clave iniciar inmediatamente maniobras de soporte vital básico y, si está disponible en un lugar cercano, utilizar un desfibrilador.

 

Visto en: http://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2017/06/13/593ffedae5fdea781b8b4654.html