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La era de la Tecnología de las Personas

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La era de la Tecnología de las Personas

No cabe duda de que estamos viviendo una de las etapas más apasionantes de la historia de la humanidad desde la llegada de la era de la información. Estamos siendo testigos de cómo la tecnología transforma el mundo que nos rodea, de cómo se vive y se trabaja. 

Esta situación es una oportunidad, pero también supone un reto para las empresas que deben diseñar y aplicar la tecnología para potenciar las habilidades humanas, es decir, dar la posibilidad a las personas de hacer y conseguir más en sus vidas  personales y profesionales.

La transformación que estamos viviendo es lo que en Accenture llamamos la ‘Tecnología de las Personas’, que supone un cambio fundamental en la manera de entender la relación entre la tecnología y los seres humanos. Esta nueva relación se basa en la tecnología como una herramienta que nos permita desarrollarnos como personas y potencie nuestra capacidad para alcanzar nuestras metas y objetivos. 

A través de nuestro último informe, Technology Vision 2017, hemos anticipado las tendencias tecnológicas más relevantes que se aplicarán durante los próximos tres años y que se pueden resumir en cinco pasos: la inteligencia artificial como nuevo rostro de las empresas, el predominio de los ecosistemas digitales, el cambio en la relación de aprendizaje entre personas y tecnología, el desarrollo de nuevos «mercados de talento» y la aparición de nuevos sectores y terrenos inexplorados en el mundo digital.

¿En qué consiste exactamente esta nueva era en la que nos adentramos? 

Por un lado, en la personalización de los servicios anticipándose a nuestras necesidades. Un ejemplo claro es el desarrollo de la Inteligencia Artificial, que alcanzará su madurez este año. Se está convirtiendo en el rostro de la marca digital de la empresa y, por tanto, pasará a ser una competencia clave que requerirá inversión y un enfoque estratégico. De hecho, más de la mitad de los directivos españoles afirma que esta tecnología va a introducir importantes cambios en sus respectivos sectores, algo para lo que las compañías han de estar preparadas. 

Por otro lado, hemos visto cómo empresas como Uber o Airbnb, que ofrecen un único punto de acceso a múltiples servicios, han roto las reglas de cómo operar y competir. No obstante, las empresas no solo necesitan una estrategia de plataformas; necesitan un ecosistema amplio y sólido para operar en esta nueva era de la inteligencia.

En tercer lugar, esta transformación tecnológica también introduce cambios en la forma de trabajar. Se desdibujan cada vez más las relaciones laborales jerárquicas y tradicionales, y se sustituyen por mercados de talento: soluciones online a demanda en función de proyectos concretos, donde los freelance jugarán un papel fundamental, aportando creatividad y  flexibilidad. 

Otra de las tendencias que se consolidará este año es la relación de aprendizaje entre personas y tecnología. Ya no somos nosotros quienes aprendemos de ella sino al revés: es la tecnología quien debe aprender y adaptarse a las personas y contribuir a mejorar el día a día de la sociedad. 
Esta transformación nos está llevando a terrenos inexplorados, negocios con una dimensión que hace apenas unos años no existía. Por eso, al contrario de lo que sucedía en el pasado, cuando las empresas se limitaban a introducir nuevos productos y servicios en el mercado, hoy hay que ir más allá, con nuevas normas, reglas y responsabilidades.
 
Un ejemplo de este enfoque centrado en las personas lo encontramos en la compañía de distribución farmacéutica estadounidense CVS Health. Su aplicación móvil ofrece a los pacientes recordatorios personalizados para tomar la medicación, fotos de sus recetas para facilitar las compra y reposición, y permite tener las tarjetas médicas escaneadas para almacenar la información actualizada. Estos avances han sido posibles gracias a la tecnología, pero lo verdaderamente relevante es que han permitido que los usuarios tengan el control sobre su propia salud, contribuyendo a mejorar sus vidas.

En definitiva, ya no vivimos en la era industrial ni de la información. Esta era de la ‘Tecnología de las Personas’ supone reinventarnos como sociedad, y hacerlo de una manera responsable: tenemos que trabajar para que la tecnología y los negocios sean más humanos, transparentes y justos. 

En definitiva, desde las organizaciones debemos explorar nuevos modelos de negocio y de gestión laboral que nos permita crecer y ofrecer nuevas oportunidades a las personas, asegurándonos de que ofrecemos las mejores medidas de seguridad, a la vez que promovemos un mayor nivel de confianza.

Visto en: http://www.elmundo.es/economia/2017/04/05/58e4e96e22601d1f538b4620.html